Propiciar una ruptura con la persona que te hace sufrir, así la ames, implica cambiar un sufrimiento continuado e inútil por un dolor más inteligente que se absorbe gracias a la elaboración del duelo:
“Te amo, pero te dejo. Y lo hago, no porque no te quiera, sino porque no me convienes, porque no le vienes bien a mi vida...”
Cambiar de carril, cambiar un dolor interminable y sostenido por otro, de feliz desenlace, aunque el amor insista, te empuje y te idiotice.
Walter Riso
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