De acuerdo con la tradición Tántrica el Hombre es la reencarnación de Shiva y la mujer es la manifestación de Shakti.
La Energía Femenina se Venera y honra en el Tántra como catalizadora de la transformación sexual y espiritual. Siendo Shakti la musa, el discípulo tántrico masculino consigue superar la condición humana común para alcanzar el éxtasis sexual y la comprensión espiritual.
En la visión del Tántra Hindú se concibe a la mujer como el principio activo, el motor cinético de la energía cósmica.
De igual forma el Tántra enseña al hombre a venerar la sexualidad de la mujer y a rendirse a su poder ilimitado. En el acto sexual tántrico no hay lugar para el EGOísmo. Sin embargo en las sociedades patriarcales, la imagen de la mujer se ve inevitablemente polarizada presentándola como virgen o como prostituta si se entrega a su propio placer.
La madre que alimenta o la seductora que maquina.
La dualidad la hacen evidente, sin embargo el Tántra supera el dualismo y venera indiscutiblemente la feminidad en su totalidad, sin recortes, sin visiones maniqueas, plena y divina como es la mujer.
Tírzo Manuel
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